La Fatiga pandémica
La fatiga es una de las consecuencias más incómodas que nos ha traído la pandemia. Estamos agotados, tanto fisicamente cómo mentalmente. Los motivos son muchos. Sin lugar a dudas la enfermedad es uno de ellos.
La fatiga pandémica puede definirse como el cansancio derivado del agotamiento que crea la hipervigilancia y las consecuencias ante un virus que nadie ve, pero que todos sabemos que está ahí. Esta situación lleva a desencadenar síntomas de depresión, ansiedad, apatía, estrés y desmotivación. A eso se suma lo que quizás preocupe más hoy: la situación económica y la incertidumbre que vivimos, lo que crea un desgaste acumulativo.
Si algo tenemos en claro es que la pandemia nos obliga a vivir un presente en estado puro.
Para poder enfrentarse ante este nuevo panorama que continua siendo incierto resulta necesario cuidar mas que nunca nuestra salud emocional.
El autocuidado físico es muy importante: para ello realizar actividades deportivas, desde actividades de fuerza a actividades mas pásivas como caminar, practicar alguna disciplina que nos guste y nos haga descargar energia y despejarnos resulta vital. Actividades como la meditación y yoga así como movimientos slow nos permiten despejar y aliviar la mente.
Sin lugar a dudas la alimentación y la dieta es el otro factor fundamental que puede ayudar mucho en este proceso que estamos viviendo. En situaciones de crisis mantener una base de dieta estable y basada en alimentos reales y naturales contribuye no solo a mantenerse en estado físico ante la falta de espacios y movimientos a los que estábamos acostumbrados, sino y sobretodo a atender a la salud emocional y mental de la que hablamos. La actividad física nos hace bien, nuestras hormonas y nuestro ánimo cambian y nos permiten colocarnos con otra perspectiva ante el panorama actual.
El descanso psicológico resulta imprescindible, más en esta segunda etapa en donde enfrentamos un año en el que las condiciones son todo menos claras. Debemos hacer también una dieta de noticias y de información innecesaria. Las historias negativas se transmiten con mucha facilidad y con ello, sin darnos cuenta nuestro ánimo merma y los síntomas de desmotivación y cansancio se acentúan. Cuidar que consumimos implica también cuidar que vemos, que escuchamos y a que damos nuestra atención. Debemos saber elegir bien nuestras batallas.
El bienestar debe ser una prioridad para eso debemos tener un mayor cuidado por nuestro interior. Jugando con lo que tenemos y con los medios que podemos alcanzar y manteniendo fundamentalmente una visión positiva ante la vida.
